La vocalista del grupo vuelve a Chile en octubre para presentar un álbum homónimo, con el que se reencontró con su banda.

“Hay días en que sólo te quieres ir a casa”, cuenta al teléfono Amy Lee (30), cantante, fundadora y compositora de Evanescence. Lleva casi un año de gira, promoviendo las nuevas canciones de su disco homónimo. Está cansada. “Pero no puedo pensar en una mejor manera de cerrar este tour que con Sudamérica”, explica.

Evanescence volverá a Chile el 23 de octubre para presentarse en Movistar Arena. Pasaron más de cinco años desde su concierto debut en Chile. “Demasiado tiempo”, dice Lee. Años duros, en que la existencia de su banda estuvo amenazada.

“Honestamente, requirió un gran esfuerzo volver a grabar después de la gira de The open door (2006). Yo no sabía si alguna vez haríamos otro disco. Quería ser una persona normal y vivir la vida por un rato”, explica.


Mientras, el grupo no lo pasaba mejor: tras la aparición de su segundo disco, el guitarrista John LeCompt y el baterista Rocky Gray abandonaron la formación. Lee pasó esos días escribiendo canciones.

“No sabía si estas canciones eran para Evanescence”, cuenta. “Pero a medida que avanzaba, más sentía el sonido del grupo en esas composiciones. Me hizo recordar quién era yo. Me reencontré con esta relación que tengo con el grupo: la fama, los fanáticos y mucho más. Después de todo, es la relación más grande que he tenido en mi vida. No pude pensar en un nombre más apropiado que Evanescence”.

Después de la caída

Tras la aparición de Evanescence (2011), Amy Lee figura como la única sobreviviente de la formación que dio vida a Fallen (2003), un álbum debut que vendió 14 millones de copias.

La cantante asegura que ya ni piensa en esas cifras. “Ni siquiera creo que los números se puedan mirar igual, porque la industria ha cambiado demasiado con la tecnología actual”, dice. La única presión, señala, “es la que siento en mí, que me obliga a un mejor disco que el anterior”.
También siente el deber de cumplir con sus fanáticos. “Estamos muy emocionados de volver allá”, cuenta. De los chilenos, en 2007, recuerda “una respuesta abrumadora”. Y para ellos tiene una sorpresa guardada.

“Estamos ensayando una canción especial”, avisa. No lo dirá, porque -pese a toda la angustia que cargan sus canciones y todo el maquillaje gótico que ocupe- Amy Lee disfruta con la cara de sorpresa de sus seguidores: “La verdad es que me inspiro haciendo a la gente feliz”.

Fuente: Diario La Tercera